viernes, 5 de enero de 2018

Cuatro relatos



Retomo, tras una temporada de intenso ajetreo, mi participación en el proyecto AdoptaUnaAutora con esta nueva entrada sobre Alicia Pérez Gil, mi autora adoptada. Lo cierto es que, tras este paréntesis y en tan solo unos meses, la figura de Alicia ha crecido tanto que las primeras entradas que escribí me parecen ahora bastante ingenuas. Desde entonces Alicia ha escrito, ha dado charlas y cursos, ha empezado proyectos y, lo más importante, ha dado un giro a su vida. Pero no hace falta que lo cuente yo, aquí mismo lo hace ella.

En esta ocasión, de lo que voy a hablar es de cuatro relatos de Pérez Gil, los que están publicados en Ficción Científica. Bueno, en realidad son cinco, pero uno de ellos fue incluido en la antología Inquilinos  de la propia autora, que ya reseñé en su momento. Son relatos antiguos, de antes de la «nueva era», pero tienen la fuerza que caracteriza a Alicia, esa que la ha llevado hasta donde se encuentra ahora.

Ficción Científica es una web dedicada a la literatura de ciencia ficción en la que se ofrecen noticias, se reseñan libros y se pueden leer online y descargar relatos de muchos escritores; de hecho, es una plataforma en la que algunos de los mejores autores en español del género han dado sus primeros pasos. Alicia Pérez Gil ya tenía una trayectoria a sus espaldas cuando llegó a Ficción Científica, pero dejó también allí las huellas de su paso. Cuatro, en concreto, que son las que paso a comentar a continuación. Son cuentos muy cortos, como pequeñas píldoras, así que ni siquiera a reseñas llegarán mis comentarios. Son más bien impresiones que me sirven como excusa para enlazar los relatos, que podéis disfrutar en toda su plenitud.

Y cuidado, no por ser cortos son inocuos. La que avisa no es traidora.

1.- El tren de la felicidadde “Felicity Happyness”. Etiquetado como: Baja fantasía.
La calificación de “Baja fantasía” está justificada solo por la aparición de un elemento fantástico al final del relato, pero el núcleo duro está antes. Empiezo a pensar que Pérez Gil es una de las maestras (de los maestros) de este país en describir elementos cotidianos con toda su crudeza, en explorar las esquinas donde guardamos los objetos oxidados y los olvidamos hasta que un buen día nos cortamos con ellos. A mí este cuento me ha dejado un sabor amargo que agradezco como agradezco siempre la verdad, aunque esa verdad sea una bofetada.

2.- La habitación de pensar. Etiquetado como: Baja fantasía.
Mensaje potente encerrado en pocas palabras. De nuevo, elemento fantástico coronando el relato, pero sin ser el centro de la historia. El centro de la historia es algo que ha llenado novelas y tratados de filosofía durante siglos. Ahí lo dejo.

3.- Pececillos de plata. Etiquetado como: Baja fantasía.
En este cuento reconozco a la Alicia Pérez Gil más hermética. Yo no lo clasificaría como baja fantasía, no sé tampoco si podría llamarse weird o algo parecido, pero tal vez lo mejor sea no ponerle etiqueta. En cualquier caso, es una historia de esas que te deja resonando, que vuelves a leer varias veces y en cada una de ellas encuentras un nuevo significado. Y todo eso en un relato de menos de quinientas palabras. Me quito el sombrero.

4.- El parpadeo. Etiquetado como: Horror.
El parpadeo tiene que ver con esas paranoias que a veces se nos meten en la cabeza y que hacen que nos atemoricemos a nosotros mismos sin darnos cuenta. Y además tiene un homenaje muy chulo a un clásico del cine de ciencia ficción… o eso al menos me ha parecido. Terror del incómodo, del que hace que mires por el rabillo del ojo para asegurarte de que todo sigue en su sitio.

En diez minutos se pueden leer los cuatro cuentos, pero no recomiendo hacerlo así. Recomiendo dejarlos reposar, cada uno de ellos, después de su lectura, antes de afrontar el siguiente. Material sensible que lo justifique, tienen.